Experiencias cotidianas plasmadas en consejos.

Ser parte de un equipo de conferencistas me ha permitido viajar por varias provincias del país. En uno de estos eventos, al terminar mi intervención, un asistente de buen aspecto y buenos modales se acercó y me dijo "me gustan mucho este tipo de eventos, procuro inscribirme en los que mas pueda... pero es la primera vez que escucho propuestas contrarias a las que establece la academia" ...se refería a mi postura personal para administrar una empresa. Me opongo al formato que manda el manual, a los estándares rígidos que registran los libros de administración de empresas, hay muchos capítulos errados que parecen haber sido escritos desde la comodidad de un escritorio y no desde la planta de producción. Pondré uno ejemplo, el gerente, un individuo elegante y de corbata, entrevista al candidato, pregunta y decide... yo propongo lo que hacemos en la empresa, mi vestimenta lo mas cómodo posible, mantengo una charla amena de ida y vuelta; finalmente dejo que él decida si desea trabajar en nuestra empresa... si decide hacerlo, desde el inicio lleva un testimonio. Marcábamos la diferencia en cosas sencillas como esta. Con el paso del tiempo, nuestras prácticas cotidianas mostraban los resultados obvios... gente que trabajaba con un pensamiento optimista, alegra, positivo y fundamentalmente reflejan gratitud empresarial.

Los libros muchas veces están escritos con demasiadas normas, estableciendo clichés apretados, diseñados para los de la clase privilegiada... la mayoría de gente es mas "suelta" que se amolda si, pero obligada por los aspectos de la empresas que exigen "ponerse la camiseta". No estoy en contra de los manuales, ni de los procesos que aportan con elementos técnicos... estoy a favor de la Calidad de Vida Laboral, un aspecto que muy pocos comprenden.

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